Infinito.

Lo mejor de mí
nació  gracias a ti,
asique entiende
que para mi corazón,
amarte… es inevitable.




El pincel me sonrió (Poemario: El calendario de Saturno)

Eres genial, me haces saltar al compás del silencio.
Me haces soñar. Vuelo y por unos minutos
dejo de ser para ser lo que soy realmente.
Me gustaría tenerte adherida a mi tímpano,
hacer crucigramas con tus manos en mi pecho,
darle caza a la reina y llenar la paleta de mis manos,
de poemas bañados de la espuma de tu playa.
Me gustaría saborear la arena de tus pasos,
encontrarme mañana jugando con tus nubes,
pintar a las ventanas soles de color verde,
sonrojar a la luna y al ritmo de tu respirar bailar,
y bailar y seguir sin parar hasta que el minutero
se olvide de nuestros nombres. 

Desde la cala.

Me gustaría recorrer tu risa
saboreando tu sonrisa,
y esconderme en tus pechos
para olvidar que existió el ayer,
e imaginar el mañana
para derribar las palabras,
que consiguieron hacernos daño.
Y volar entre tus cabellos,
hacer desaparecer en nosotros la distancia,
gritarle al viento que no tuvimos tiempo,
y que ahora el corazón se le antoja
ser lo que otros intentaron,
para escribirle a la luna que el verso amado
ya encontró su rima.


La sombra del verso.

Crecen gigantes en mi almohada
mientras van cipreses
corriendo por mis paredes,
acechando unicornios
que dibujan nubes en mi tejado.
Ya viene con su silencio la noche,
y en mis mejillas se esconde la luna,
que asustada ilumina con sus ojos,
la ventana que abre mis pupilas.


Vivo.

Atrévete por un instante,
no hagas preguntas,
no busques respuestas
tan solo lánzate,
y veras lo sencillo que es… sentir”





El silencio de después.

No miento si te digo que una vez ame
y sin embargo no lo sabía,
nadie me preparó para entender al corazón.
Y yo que no entendía de besos
anduve por andar entre sus labios,
creciendo en sus pechos como un malcriado
y olvidando por las noches sus abrazos,
creyendo que el calendario no iba conmigo.
Y para cuando aprendí a descifrar
lo que sus ojos me gritaban,
me estalló en la almohada un infernal adiós,
con una nota en la mesita de noche que decía:

nada es para siempre. 

Pasaje. (La vida de los árboles)

Hoy te escribo
la palabra más hermosa de entre todas,
la que sin necesidad de estrofa
crea un poema,
para florecer en el corazón
de quien quiere creer.
Hoy te escribo…te amo. 

La fábula del árbol.

Estar a tu lado
es restarle minutos al tiempo,
es anular la duda
e ignorar que seremos mañana,
sin importarnos que somos ahora.




371 instantes.

Yo quise como todos te quisieron,
pero mi forma de querer
siempre fue un poco más.
Tu quisiste como todas me quisieron,
pero tu forma de querer
siempre fue un poco más.
Y poco a poco consumimos los besos y los versos,
las ganas y el alquitrán de nuestra carretera.
Buscamos oasis para frenar a nuestros pies
las ganas de gritarle al mundo;
pero íbamos de rascacielos en rascacielos.
Fuimos los amantes del misterio,
encontramos secretos ya olvidados,
banderas aún por descubrir
y lugares nunca susurrados.
Ensanchamos nuestras pupilas más de mil veces,
sonrojamos a la luna brindando
con el dorado de nuestros pecados,
fuimos la ciudad eterna de una noche estrellada,
y por primera vez ,el tiempo, dejo de importar.



No más sin ti. (Memorias de un verso menor)

El tiempo que no he tenido
lo he inventado para enseñarte
que mis sueños viven en tu alma,
y para decirte que cada instante fuera de ti,
es estar también fuera de mí,
porque no encuentro el camino de vuelta a casa,
si no veo tus ojos en mis pasos.